Una mujer que se encargaba desde hace 15 años de comprar varios décimos de Lotería Nacional para compartir con otras 5 personas resulta absuelta del delito de apropiación indebida del que fue acusada por sus compañeros de grupo.
Habiendo resultado premiado el número del que había adquirido varios décimos, esta mujer, una vez celebrado el sorteo, repartió los mismos entre sus compañeros, quedándose para ella el décimo agraciado con el millonario premio especial a la fracción.
En un principio los tribunales dieron la razón a sus compañeros de juego, reconociendo su derecho a una cuota proporcional en los décimos no repartidos. Pero la acusada interpuso recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que la absuelve de este delito al entender que la obligación asumida con el grupo era la de compartir el número, pero que no había un pacto de asignación de cuotas sobre el premio a la fracción.
Para el Tribunal Supremo la recurrente cumplió con la obligación asumida, que no era otra que repartir los décimos adquiridos, trasmitiendo a cada uno de los jugadores la parte que había comprado, y lo hace incluso cuando sabe que está premiado.
No obstante el tribunal realiza dos precisiones:
1ª.- Los hechos denunciados podrían haber sido condenados por un delito de estafa, pero no puede pronunciarse al respecto porque no fue requerido para pronunciarse por este otro delito.
2º.- En la jurisdicción civil, a la luz de los hechos descritos, podría tener éxito una reclamación de cantidad contra esta persona por parte de sus compañeros de grupo.
Destacar las discrepancias habidas en este caso entre los propios magistrados del Tribunal Supremo, habiendo formulado votos particulares dos de los cinco magistrados que componían la Sala. Estos dos consideran que la acusada si debería haber sido condenada por apropiación indebida, pues el hecho de que no se hubiera determinado una asignación de cuotas para la fracción demuestra que todos tenían una expectativa común sobre un eventual premio especial que correspondiera a los décimos comprados y que esta mujer reparte a su conveniencia una vez que constata la concreta fracción millonariamente agraciada.
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